Economía

El déficit de Francia se desboca al 5.5% del PIB en 2023, seis décimas más de lo previsto

El déficit público francés aumentó el pasado año hasta el 5.5% del producto interior bruto (PIB), lo que significa siete décimas más del registrado en 2022 y, sobre todo, seis décimas más de lo que había previsto en el Gobierno, que ve así trastocadas sus proyecciones.

El Instituto Nacional de Estadística (INSEE) también publicó este martes las cifras de la deuda, que en el cuarto trimestre creció en €8,100 millones hasta €3,101 billones, de forma que al terminar el año representaba un 110.6% del PIB, comparado con el 111.9% al finalizar 2022.

La progresión del déficit se explica por la caída de los ingresos de las administraciones públicas en términos reales, penalizados por la ralentización económica.

La recaudación en euros corrientes progresó un 2%, pero hay que tener en cuenta que a causa de la inflación el PIB subió un 6.2% (los precios en términos de producción aumentaron un 5.5%).

Lo más significativo fue la evolución de los impuestos, que sólo aumentaron sólo un 0.3% en euros constantes a pesar de la inflación, cuando en 2022 el alza había sido del 7.9%.

El gasto público, por su parte, creció a un ritmo algo superior (3.7%), aunque ese crecimiento también se ralentizó ligeramente respecto al del año anterior (4%).

Los números rojos de la Administración del Estado se agravaron en €6,900 millones, los de las otras administraciones públicas en €8,900 millones, los de los organismos públicos en €1,600 millones. La Seguridad Social, por su parte, consiguió un excedente de €12,900 millones, €4,700 millones más que en 2022.

Por lo que se refiere a la deuda, en el conjunto de 2023 aumentó en €147,600 millones y eso por el incremento del endeudamiento de la Administración del Estado (€149,500 millones adicionales).

También engordó la deuda de las otras administraciones (€5,800 millones más) mientras disminuyó la de la Seguridad Social en €7,000 millones y la de los organismos públicos en €700 millones.

En una primera reacción a estas cifras, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, insistió en que, pese al derrape del déficit el pasado año, su “determinación” para reducirlo en 2027 por debajo del umbral del 3% del PIB, el tope que se había fijado en el Pacto de Estabilidad, “está intacta y total”.

“Eso va a demandar esfuerzos adicionales”, admitió Le Maire en declaraciones a la emisora RTL, aunque a continuación reiteró la que ha sido su línea desde que llegó al cargo hace ya casi siete años: no habrá aumento de impuestos.

“Se puede perfectamente ahorrar en el gasto público sin ir a hurgar en el bolsillo de los franceses. Sigo totalmente opuesto a cualquier aumento de impuestos para nuestros compatriotas”.

En lugar de eso, el ministro consideró que hace falta “una toma de conciencia colectiva” porque “todo no puede basarse más que en los gastos del Estado” y afirmó que es necesario “un debate colectivo” para decidir dónde se ahorrará.

A ese respecto, avanzó que va a escribir “a todos los operadores del Estado” para que en el plazo de un mes le hagan “propuestas de ahorro” en sus presupuestos.

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